domingo, 5 de febrero de 2012

Conmovedor, directo y elegante Proyecto Laramie

Cartel de la obra
Aún estoy tocada y escribo esto reviviendo toda la marea de emociones que experimenté ayer en el Teatro Alhambra con Proyecto Laramie. Sabiendo de qué iba la obra, admito que decidí que la vería - y que finalmente fui a verla - con el corazón encogido, como protegiéndome para la temática que iba a desarrollar. 
Recuerdo haber leído con horror la noticia del asesinato de Matthew Shepard hace ya 13 años. No había oído hablar de Proyecto Laramie (ahora sé que también se hizo una película en 2002) hasta leer la programación de la temporada 2011-12 del Alhambra. La sinopsis y comentario me devolvieron a esas mismas sensaciones de 1998, una mezcla de horror, enorme tristeza y asco, asco, un asco inmenso por la especie humana, con el recuerdo en blanco y negro del joven asesinado. ¿Iría a verla?

Matthew Shepard (1976-1998)
El rostro de Matthew Shepard sigue siendo el del mismo jovencito que se asomó entonces al periódico, pero yo soy trece años mayor y, lejos de endurecerme, cada año que pasa sufro más por cualquier tipo de injusticia, ando peleada con el mundo y con la especie a la que pertenezco así que ¿para qué iba a ir a ver algo que me iba a demostrar otra vez que el ser humano es capaz de las mayores atrocidades? ¿para sufrir otra vez? La respuesta la tuve ayer: para ver una OBRA DE ARTE, así, en mayúsculas, del arte que tiene muy presente su función social pero sabe que no es un panfleto. Proyecto Laramie conmueve sin patetismo, denuncia sin propaganda y abraza el compromiso ideológico sin renunciar un ápice a la dimensión estética. No es fácil hacer este tipo de teatro, y tratar el tema que da origen a la obra, explorar las miserias de la condición humana con la elegancia con que lo hace Proyecto Laramie es un "más difícil todavía". 130 minutos de interpelación, de lágrimas, risa, indignación, belleza extática, estupefacción, esperanza; 130 minutos que se prolongan el resto de la noche y se despiertan contigo a la mañana siguiente. Teatro del mejor, en suma.

Felicidades a los ocho actores y actrices: Ana Cerdeiriña, Mónica Dorta, Iñaki Guevara, Antonio Mulero-Carrasco, Jorge Muriel (traductor, además, de la obra al castellano), Diego Santos, Consuelo Trujillo y Victoria Dal Vera; felicidades a Julián Fuentes Reta por la dirección. Gracias a Moisés Kaufman y Tectonic Theatre por haberse preguntado "¿qué es lo que nosotros como compañía de teatro podemos hacer como respuesta a este incidente?" y haber ofrecido Proyecto Laramie como respuesta.


2 comentarios:

  1. Antonio Mulero-Carrasco6 de febrero de 2012, 3:35

    Acabo de llegar de Granada y leo esto.Que puedo decir....GRACIAS Margarita, asi, con mayusculas !!Se que tus palabras llenaran el corazon de mis compañeros, como ya lo hacen con el mio!Solo con que una persona sienta y experimente el viaje que juntos compartimos ayer,como tu lo has vivido, hace que todo tenga sentido,todo adquiera dimension,solo entonces el teatro estara vivo y cumplira su funcion sagrada !!Contar esta historia es necesario y contarla...bien,dando cabida a todas sus voces, nosotros somos simples vehiculos al servicio !! Gracias Granada, gracias Margarita, gracias Matthew.AH!! y que no se nos olvide.....ESPERANZA !! Viva la vida, viva el teatro !!
    Antonio Mulero-Carrasco

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    1. ¡Vaya, Antonio! ¡Qué sorpresa que hayas comentado en mi blog! Muchas gracias. Me alegra ver que te ha gustado lo que he escrito, pero no he alcanzado a expresar lo mucho que me gustó vuestra actuación. Es curioso que seas tú precisamente el que escribas porque el mensaje que lanzabas antes de hacer lo mismo con el "tocho" de folios es al que quiero agarrarme: esperanza, esperanza, esperanza... aunque a veces, seamos sinceros, cuesta trabajillo ¿verdad? Pero siempre hay gente buena que hace que el gris lo sea menos.
      Por cierto, eso de que seáis sólo vehículos... permíteme que lo cuestione. Es cierto que a veces la historia arrastra a los actores pero quiero insistir en lo difícil que es hacer este tipo de teatro sin caer en la exageración moralizante. Vamos, el vino puede ser muy bueno pero si lo servimos en un tetra-brik no va a saber igual ¿verdad? ;-) Vuestro trabajo fue impecable y por ello os estoy tremendamente agradecida.
      Gracias, de nuevo, por haberte acercado a mi blog y dejar un comentario. Un abrazo fuerte para todas/os y que sigan los éxitos.

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