domingo, 26 de febrero de 2012



El jueves 23 no asistí a mi cita semanal con los personajes que habitan en Storybrooke (thank God for iPlus!). Los dejé esperando (aún no he visto el episodio) para asistir al preestreno de La invención de Hugo, la última película de Martin Scorsese. En colaboración con Paramount, Kinépolis organizó un preestreno benéfico a favor de la asociación AIRE-SQM y Elvira Roda, de tal manera que todo lo recaudado fue a parar íntegramente a esta asociación benéfica que tiene como objetivo ayudar a los afectados de Sensibilidad Química Múltiple, la enfermedad que padece Elvira Roda (http://elviraroda.org/). No puedo imaginar una película más apropiada - de las que se están proyectando en este momento - para colaborar en esta causa.


La invención de Hugo es ya una de las películas que sé que se han quedado alojadas para siempre en mi corazón. Es una conmovedora - que no ñoña - historia de tintes Dickensianos perfectamente orquestada para llevarnos, a través de Hugo y su autónoma, al homenaje que Scorsese rinde a los inicios del cine. No hago más que recomendarla desde que la vi, como si me fuera la vida en ello. Creo que es de esas películas que no hay que perderse, que nos reconcilian con la vida, con su dureza, pero también con la esperanza. Es imposible no enamorarse de cada uno de los personajes, pero especialmente del entrañable Hugo, afanado en arreglar a su autómata, lo único que le queda de su padre, con la esperanza de sentirse un poco menos solo. Magnífica la interpretación del joven Asa Butterfield, elegante el uso del 3D, que no busca el efectismo barato que tanto me molesta y que me ha llevado a decantarme por las 2D siempre que se me da la opción. El jueves pasado no había opción, y creo que fue mejor así. También acertó Scorsese en el tono narrativo, especialmente en el cuidado con que cada personaje es presentado al espectador hasta que va tomando cuerpo; la historia se cuece a fuego lento, sin asaltos rápidos, dejando que cada personaje contribuya al argumento a su debido ritmo. El resultado es una película bellísima, una historia de pérdida y dolor, pero también de esperanza y amor, del poder de las narrativas (reales y ficticias) para conectar nuestras vidas y para ayudarnos a vivir nuestros sueños. Como dice Hugo, si el mundo es una gran maquina, y en una máquina no hay piezas que sobren, todo lo que existe ya en este mundo tiene una misión que cumplir en el funcionamiento de la máquina. En esta ocasión, es, precisamente, una máquina la que activa el desarrollo de esta historia particular.
Como Michel Hazanavicius ha hecho con The Artist, Scorsese ha rendido homenaje al cine mudo (Scorsese se ha decantado por el cine fantástico de George Méliès) ambas se presentan como las favoritas para los óscars y yo tengo el corazón "partío". ¿No pueden llevarse un óscar a la mejor película ex aequo? ¡Ay!



jueves, 16 de febrero de 2012

SPOILER ALERT - ONCE UPON A TIME - SPOILER ALERT

¡¡¡¡¡¡NO NO NO NO NO NO NOOOOOOOOOOOOOO!!!!!
Menudo cabreo. Seguro que todas coincidíamos en nuestras sospechas de que el Sheriff Graham era el cazador en la historia de Blancanieves, pero el final del episodio de hoy seguro que ni de lejos. Conforme se iba acercando aumentaban las sospechas pero me esperaba un final de cuento de hadas. Claro, que esto es la vida real.
Su relación con los animales - a pesar de su condición de cazador - y el modo en que se refiere a ellos - "Animals are pure of heart, not selfish and self serving like people" hace que quiera más al personaje. ¿Y para qué, si ha durado tan poco? me pregunto. El año pasado Ned Stark, éste el Sheriff Graham / Huntsman. Ofú, qué desperdicio...


Buen viaje, y buena suerte

Se diría que a estas alturas de la vida debería estar acostumbrada a los finales de curso, a los finales de semestre, pero no es así. Creo que más bien es al contrario. Hoy ha sido el examen final de la asignatura Teatro Inglés I y, conforme los y las estudiantes iban entregando sus exámenes, he vuelto a sentir el nudo en la garganta que me produce el saber que a algunos de ellos no los volveré a ver. Nuestras vidas se han cruzado por unos meses y, con toda probabilidad, no volverán a hacerlo. Además de los alumnos españoles que están haciendo la carrera en nuestra universidad, hay muchos extranjeros que cursan la asignatura de Teatro Inglés I. Este año tengo estudiantes de varias partes de Estados Unidos, de Suiza, Bélgica, Montenegro, Rusia, Irlanda, Reino Unido, Alemania, Italia, Argentina, Austria, China, Rumania y Siria. Sé que a los españoles los volveré a ver por los pasillos de la facultad si no coincidimos en alguna otra asignatura; cinco de los extranjeros viven en España o están cursando aquí la carrera, lo cual quiere decir que volveremos a vernos, pero la gran mayoría ha estado aquí este primer semestre y se preparan ya para volver a sus hogares. No sé si serán conscientes del sentimiento extraño que experimento cuando entregan su examen, sonríen y se despiden de mí. Son despedidas sin parafernalia, como si fuésemos a volver a vernos al día siguiente, si bien siempre hay alguien que se acerca a darme las gracias. Yo también se las doy. No somos amigos, no nos hemos ido de cañas juntos ni nos hemos contado intimidades personales, pero hemos compartido meses de clase, de tutorías, de intereses compartidos, hemos diseccionado obras juntos, hemos compartido un "cachito" de vida, porque hablar de literatura inevitablemente supone hablar de la vida. Nuestro espacio y tiempo se ha cruzado y eso, indefectiblemente, hace que nos hayamos influido mutuamente, que llevemos con nosotros algo más de esa persona que se va. Y que ahora, mientras escriba esto, sienta ya nostalgia. Tengo que agradecer mucho a esta profesión; tengo que agradecer mucho a mis estudiantes. Sé que no leerán este blog pero al menos yo saco esa necesidad de decirlo públicamente. Ya sois un pedacito de mi vida, formáis parte de ese tejido humano que soy yo. Hasta pronto, a todos los que seguiréis aquí el próximo semestre. Buen viaje, y buena suerte a quienes estaréis en otra esquina del mundo. Que os vaya bonito.

martes, 7 de febrero de 2012

10 cosas que usted no sabía de Dickens

10 cosas que usted no sabía de Dickens

¡Feliz cumpleaños, Mr. Dickens!


Dickens's Dream (1875),
de Robert William Buss (1804-1875)

Hoy celebramos 200 años del nacimiento de Charles Dickens. ¡Feliz  bicentenario, Mr. Dickens! Por usted no pasa el tiempo. Para conmemorar la ocasión, el primer día de febrero empecé la cuenta atrás en un nuevo blog al que podéis acceder en happybicentenarymrdickens.blogspot.com. Transcribo aquí la primera entrada, en la que explico el objetivo que persigo con el blog dickensiano.

Charles John Huffam Dickens nació el 7 de febrero 1812 en Landport, Portsea (Portsmouth) y con el tiempo se convertiría en el escritor más famoso de su generación y en uno de los grandes autores de la literatura inglesa. Puede discutirse si su obra ha envejecido o no dependiendo en última instancia de gustos personales; de hecho, si bien es considerado como uno de los mejores novelistas ingleses, también se le critica su excesivo sentimentalismo, en especial en lo que concierne a los retratos de niños que viven en condiciones precarias. 

Dickens at the Blacking Warehouse (1904), 
a partir de un dibujo de Fred Bernard
Al haber tenido que abandonar el colegio a la edad de doce años para empezar a trabajar en una fábrica de betún y así colaborar a la paupérrima economía familiar, el joven Dickens experimentó en carne propia las duras condiciones de trabajo que sufrían otros niños como él. En la Warren's Blacking Factory and Warehouse, Dickens tenía que trabajar jornadas de 10-11 horas etiquetando tarros de betún para ganar seis chelines semanales. Teniendo todo esto en cuenta ¿acaso no es perdonable ese exceso de sentimentalismo si, a cambio, conseguía despertar la conciencia de los adormecidos lectores victorianos? 

He estudiado y enseñado algunas de las obras de Charles Dickens, pero ni de lejos he llegado a leer su obra completa. Pues bien, he decidido que el año de su bicentenario será el apropiado para suplir esta carencia. Cuando empecé la cuenta atrás el primero de febrero, contemplé la posibilidad de leer la totalidad de su obra en el transcurso de este año y compartir mis experiencias en el nuevo blog. Después, la realidad se impuso: teniendo en cuenta que mi trabajo ya de por sí requiere muchas horas de lectura y de escritura, pensé que me conformaría con pasar al menos una hora al día con Dickens y que compartiría cualquier cosa que considerara interesante con los lectores potenciales del blog. No quiero tener una idea fija de la forma que el blog tomará, prefiero que evolucione de una manera, digamos, "orgánica", sin ningún tipo de imposición, que crezca simplemente por el puro placer que supone celebrar la vida y obra de uno de los mejores autores en lengua inglesa. Leeré algunas obras por primera vez, otras las acometeré por segunda, tercera o enésima vez (tal es el caso de Hard Times, que he enseñado en varias ocasiones y ya he perdido la cuenta de las veces que la he leído). No obstante, intentaré acercarme a todas ellas con nuevos ojos. 

Esta será la primera vez en la que lea a Dickens en versión electrónica. Todos los libros que tengo son ediciones de Penguin y, aunque debo admitir que me seduce la idea de leer sus obras completas oliendo el papel, he decidido tomar una decisión más práctica y he comprado una edición Kindle que puedo leer en mi iPad, así puedo llevar la totalidad de su obra a todas partes y, además, ahorrar una buena cantidad de espacio. La edición de Delphi Classics incluye las ilustraciones originales además de ensayos críticos y algunas de las biografías que sobre él se han escrito. 

Siempre tengo más tiempo para la leer por puro placer en vacaciones así que puede, sólo puede, que consiga cumplir mi objetivo original, más ambicioso: el de leer todas las obras de Dickens en un año. Si se diera tal caso, este blog concluiría dentro de un año, cuando Dickens cumpla 201 años. Si no se da - que, seamos sinceras, es lo más probable - continuaré escribiendo hasta que lea todo lo que escribió hasta que su corazón se paró mientras escribía The Mystery of Edwin Drood.

Comienza, pues, la aventura. Acompañadme en esta celebración del bicentenario de Charles Dickens. La próxima entrada estará dedicada a la primera historia que publicó, A Dinner at Poplar Walk, que apareció en la Monthly Magazine en 1833. Mientras tanto, os dejo con el estupendo "doodle" que Google ha creado para la ocasión y con dos pequeños vídeos sobre la vida de Charles Dickens: una producción de dibujos animados de la BBC y un documental cortito que presenta el último libro de Claire Tomalin: Charles Dickens: A Life (Harmondsworth: Penguin Books, 2011). ¡Que lo disfrutéis!

Google "doodle"


domingo, 5 de febrero de 2012

Conmovedor, directo y elegante Proyecto Laramie

Cartel de la obra
Aún estoy tocada y escribo esto reviviendo toda la marea de emociones que experimenté ayer en el Teatro Alhambra con Proyecto Laramie. Sabiendo de qué iba la obra, admito que decidí que la vería - y que finalmente fui a verla - con el corazón encogido, como protegiéndome para la temática que iba a desarrollar. 
Recuerdo haber leído con horror la noticia del asesinato de Matthew Shepard hace ya 13 años. No había oído hablar de Proyecto Laramie (ahora sé que también se hizo una película en 2002) hasta leer la programación de la temporada 2011-12 del Alhambra. La sinopsis y comentario me devolvieron a esas mismas sensaciones de 1998, una mezcla de horror, enorme tristeza y asco, asco, un asco inmenso por la especie humana, con el recuerdo en blanco y negro del joven asesinado. ¿Iría a verla?

Matthew Shepard (1976-1998)
El rostro de Matthew Shepard sigue siendo el del mismo jovencito que se asomó entonces al periódico, pero yo soy trece años mayor y, lejos de endurecerme, cada año que pasa sufro más por cualquier tipo de injusticia, ando peleada con el mundo y con la especie a la que pertenezco así que ¿para qué iba a ir a ver algo que me iba a demostrar otra vez que el ser humano es capaz de las mayores atrocidades? ¿para sufrir otra vez? La respuesta la tuve ayer: para ver una OBRA DE ARTE, así, en mayúsculas, del arte que tiene muy presente su función social pero sabe que no es un panfleto. Proyecto Laramie conmueve sin patetismo, denuncia sin propaganda y abraza el compromiso ideológico sin renunciar un ápice a la dimensión estética. No es fácil hacer este tipo de teatro, y tratar el tema que da origen a la obra, explorar las miserias de la condición humana con la elegancia con que lo hace Proyecto Laramie es un "más difícil todavía". 130 minutos de interpelación, de lágrimas, risa, indignación, belleza extática, estupefacción, esperanza; 130 minutos que se prolongan el resto de la noche y se despiertan contigo a la mañana siguiente. Teatro del mejor, en suma.

Felicidades a los ocho actores y actrices: Ana Cerdeiriña, Mónica Dorta, Iñaki Guevara, Antonio Mulero-Carrasco, Jorge Muriel (traductor, además, de la obra al castellano), Diego Santos, Consuelo Trujillo y Victoria Dal Vera; felicidades a Julián Fuentes Reta por la dirección. Gracias a Moisés Kaufman y Tectonic Theatre por haberse preguntado "¿qué es lo que nosotros como compañía de teatro podemos hacer como respuesta a este incidente?" y haber ofrecido Proyecto Laramie como respuesta.


miércoles, 1 de febrero de 2012

Nuevo trailer de "Game of Thrones 2"

Game of Thrones ha conseguido lo imposible: que espere ansiosa la llegada de la primavera, yo que soy persona de otoño e invierno...


A very small man can cast a very large shadow